dijous, 8 de març del 2012

Seminario 3: “El nuevo orden comercial liberal”


El período que abarca el fin de la guerra de Corea hasta la crisis del petróleo de los años setenta estuvo caracterizado por un crecimiento económico sin precedentes. La economía mundial en esta etapa disfrutó de una fase de apogeo esplendorosa. Como afirma Foreman-Peck, “nunca en la historia han sido tantas las economías que han compartido una expansión tan extraordinaria y duradera”. Hasta aquel momento existían enormes restricciones sobre las transacciones internacionales. No obstante, el nuevo orden comercial liberal supuso un cambio radical en esta tendencia, lo cual, a su vez, significó una integración económica, según Foreman-Peck, mayor que la que existió durante la presencia del Patrón Oro en el período anterior a 1914.

Este nuevo orden creó un nuevo marco institucional que serviría de sustento para un nuevo liberalismo económico más intervencionista. En este sentido, cabe destacar particularmente el GATT, el General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles), como iniciativa creada después de la Segunda Guerra Mundial para regular la economía global. Con este acuerdo se consiguieron reducir notablemente las barreras en el comercio de bienes manufacturados entre los países más industrializados. No obstante, el éxito no fue igual de rotundo en el comercio de los productos primarios (Foreman-Peck: 1995, 1).

El GATT fue un convenio que se proyectó en la Conferencia de la Habana de 1947, en un contexto de lucha entre EEUU y la URSS por la supremacía mundial. Fue firmado por veintitrés países con el objetivo de fijar un conjunto de normas comerciales y concesiones arancelarias. El GATT, así pues, ayudó al crecimiento mundial gracias a las continuas reducciones de aranceles, y fue el precedente de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

No obstante, no afectó a todos los países por igual, aunque se hubieran añadido a los acuerdos del GATT. Así pues, un ejemplo de ello es India,  el cual en sus inicios no supo aprovechar los beneficios de la entrada en el GATT, y no fue hasta los años noventa que empezó a mejorar claramente su posición.


El caso de India

Ya en sus inicios la India poseía unas características que dificultaban que pudiera llegar a una Revolución Industrial. De hecho, su enorme potencial demográfico fue un factor que jugó en su contra, ya que la existencia de tanta mano de obra significó un abaratamiento de los salarios. Además, esto implicó la inexistencia de incentivos para la inversión en industria y mecanización.

Asimismo, la población india, al ser sumamente pobre, utilizaba la mayor parte de sus recursos económicos para satisfacer aquellas necesidades básicas, imposibilitando, así, el mercado de otro tipo de bienes, como los manufacturados. Además, cabe destacar que la carencia de una clase media que demandara productos más elaborados dificultaba, también, este hecho.


En último término, cabe destacar que India no disponía de un desarrollo tecnológico en infraestructuras, lo cual, a su vez, suponía un impedimento para el transporte de los productos.  La inexistencia de ésta comportaba, a su vez, un déficit de carreteras, puertos o canales en condiciones para incentivar una revolución industrial. Además, la arquitectura de aquella época era equiparable a las construcciones medievales occidentales, lo que dificultaba la construcción de industrias, entre otros avances hacia el sector secundario o terciario.


A partir de su independencia de Inglaterra en 1947 y de su entrada en el GATT en 1948, se podría pensar que India podría sacar partido del mercado internacional para desarrollar su industria y mejorar su situación. El hecho de entrar en acuerdos internacionales tales como el GATT da que pensar que un país determinado, como en el caso indio, tiene ciertas pretensiones cuando lleva a cabo esta acción. A pesar de esto, podríamos decir que a India no le fue tan bien, es decir, la experiencia del comercio internacional no fue del todo beneficiosa en sus inicios.

Así pues, después de la entrada al GATT, de 1950 a 1980, India estuvo basada en una economía con tendencias socialistas. Por este motivo, la economía estuvo paralizada y no se dio ningún progreso, debido a las regulaciones y los reglamentos llevados a cabo por el gobierno, así como el proteccionismo y la propiedad pública que supuso una corrupción generalizada y un pausado crecimiento económico. Además, tenemos que destacar que era una economía basada, en gran parte, en la agricultura. Todo lo anterior provocó que su participación en el comercio mundial, ya en exportaciones como en importaciones, no fuera significativo. Como vemos en los gráficos, hasta los años noventa ni las importaciones ni las exportaciones superaron en ningún caso el 10% sobre el PIB.



No fue hasta 1991 cuando la economía India pasó a ser de mercado. Este cambio fue debido al contexto que vivió este país unos años antes, cuando sufrió una grave crisis en la balanza de pagos. Este hecho la llevó a formar parte del comercio internacional y a dar una mayor importancia a la inversión extranjera, sector fundamental de la economía de la India. Desde este momento, y como podemos observar en los gráficos, su economía creció aceleradamente, igual que su participación en el mercado internacional. Su PIB ha presentado una tasa de crecimiento anual del 5,8% aproximadamente.

Por los que hace a los productos que exporta India, cabe decir que aunque la agricultura sigue teniendo mucho peso y exportan diferentes tipos de alimentos como el azúcar, arroz, trigo o pescado, este país cuenta con diferentes recursos naturales importantes como el petróleo, el hierro y el acero. Además, gracias al rápido desarrollo industrial y económico de las últimas décadas, ha provocado el desarrollo de la industria textil, de productos químicos, de equipos de transporte, de maquinaria o de comercio de software. Así pues, los principales productos que exporta son los mencionados anteriormente, a saber, alimentos varios, petróleo y productos derivados de éste, productos textiles, piedras preciosas, productos químicos o software.

Finalmente, hablaremos del PIB de India y su composición. Como ya hemos comentado anteriormente, su PIB ha crecido muy rápidamente, a tasas de crecimiento anual de aproximadamente el 5,8%. Actualmente India es, en términos de PIB, la undécima economía mundial, una posición por delante de España. Como vemos en los siguientes gráficos, el PIB de este país está compuesto por la agricultura en un 18,1%, por los servicios en un 55,6% y por la industria en un 26,3%. No obstante, nos ha parecido importante comparar la participación el PIB de cada sector con la mano de obra que cada uno de ellos supone. Así pues, aunque la agricultura sólo genera el 18,1% del PIB, ocupa al 52% de la población, es decir, que implica a más de 602.536.806 personas. En cuanto al sector servicios, este genera más de la mitad del PIB, pero emplea al 34% de población, y, finalmente, la industria genera el 26,3% del PIB aunque sólo ocupa al 14% de la población.



Visto esto, y como mostramos en los siguientes gráficos, aunque el PIB de India ha crecido a niveles muy acelerados gracias al desarrollo de su capacidad productiva, su población sigue siendo muy pobre. En PIB per cápita India ocupa el puesto 136º según el FMI. A pesar que el PIB per cápita también ha aumentado con una tendencia similar a la del PIB, sigue siendo muy bajo, provocando una alta tasa de pobreza.
Tanto es así, que teniendo en cuenta el alto nivel de desigualdad existente dentro del Estado Indio, donde millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza, este hecho provoca que India sea incapaz de llevar a cabo una política de desarrollo, tanto en el ámbito económico como humano, imposibilitando así su presencia entre los países más ricos del mundo. Ya que la desigualdad es uno de los factores que juega en contra del desarrollo del país. Por otra banda, la falta de legislación laboral adecuada provoca la existencia de unos altos índices de personas que trabajan por un sueldo mísero, al borde de lo que podríamos considerar sobreexplotación, hecho que provoca lo que comentábamos con anterioridad la falta de recursos económicos para poder consumir otro tipo de bienes que no sean aquellos destinados a cubrir las necesidades básicas. Y finalmente destacar que India ha experimentado un alto crecimiento de su PIB, pero esto se debe principalmente a la sobreoferta existente de mano de obra excepcionalmente barata, hecho que aprovechan grandes multinacionales para instalar allí sus cadenas de producción, alimentándose así de este factor para poder maximizar sus beneficios al producir el bien a un bajo coste pero al exportarlo a países ricos, donde el producto se venderá a un precio mucho más elevado, producirá un aumento notable en los beneficios de dichas empresas.




A modo de conclusión, India está actualmente considerada un país emergente, ya no por sus altas tasas de crecimiento hasta el momento, sino porque todo parece indicar que su economía seguirá creciendo a altos niveles.


Conclusiones generales

Para concluir en cierta manera todo lo visto anteriormente y a lo largo de este blog, creemos conveniente establecer una relación entre los diferentes temas tocados. Haciendo una recopilación, hemos tratado las condiciones que se dieron en el siglo XVIII y XIX y cómo éstas comportaron el surgimiento de la Revolución Industrial en ciertos países y en otros no. Más tarde tratamos el tema de la globalización, con todas sus implicaciones, y finalmente hablamos del comercio internacional y su evolución. Al parecer podrían ser tres temas diferentes, delimitados en el tiempo. Pero en realidad los tres sucesos creemos que son parte de una misma evolución.

Así pues, gracias a una evolución positiva de los factores tecnológicos como los transportes, las comunicaciones o las infraestructuras, gracias a unas características territoriales determinadas ( la tenencia de recursos naturales, ya dentro del propio país como en las colonias), y las características sociales (enriquecimiento de la población, mejora de las condiciones de vida, …), en muchos países, como por ejemplo Inglaterra, se mejoró significativamente la industria, se creó empleo, y consecuentemente más gente pudo consumir. Con el enriquecimiento parcial de la población, las sociedades de los países que desarrollaron una revolución industrial ya no consumían productos de primera necesidad únicamente, sino que empezaron a consumir productos manufacturados y más elaborados.

Con la expansión de los nuevos patrones de consumo en muchos países y la mejora de los transportes y las comunicaciones, se generó un aumento del comercio internacional, y también interno en el caso de ciertos países. Así, cada país comercializaba con sus productos “estrella”, aquellos que, por sus recursos, podía producir en grandes cantidades y con unos costes menores que otro país que no disponía de tales recursos, y los exportaba. Mientras que lo que necesitaba y no lo podía obtener de su territorio lo importaba. Así se fue generando una red mundial muy importante, mediante acuerdos como el GATT o instituciones como la OMC que regulan el mercado internacional, que junto con la mejora de todos los sectores (transportes, comunicaciones, industrias,…), el paso al dólar como moneda de cambio, la necesidad de recuperarse rápidamente después de las guerras mundiales, etcétera, creó un proceso llamado globalización, donde todos y todo está interconectado, especialmente la economía. Aún así, países poco desarrollados que en su momento no dispusieron de suficientes factores como para añadirse a esta rueda, se quedaron fuera, y aún siguen estando al margen, haciéndose cada vez más pobres. 

Fuentes:

Foreman-Peck 1995, Historia económica mundial: relaciones económicas internacionales desde 1850. Prentice Hall, cop. (Madrid, 1995)


dilluns, 27 de febrer del 2012

Las migraciones del siglo XXI en perspectiva comparada


El fenómeno de las migraciones es bien conocido en la actualidad. Aunque en números absolutos las migraciones actuales representan una mayor cantidad de personas y parecen más importantes, proporcionalmente fueron mayores los movimientos de población de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Sean cuales sean las cifras, absolutas o relativas, lo cierto es que ambos procesos migratorios, si es que se pueden delimitar y, por tanto, no considerar como un proceso evolutivo estrechamente ligado al contexto de desarrollo industrial, tecnológico y de las comunicaciones, representaron y representan importantes cambios, que los hacen diferentes, en muchos sentidos: la demografía, los cambios de flujos de migración (países de origen y destino), la composición del mercado de factores, del mercado laboral, las políticas de regulación de migraciones, etcétera. Y no sólo podemos distinguirlos según sus implicaciones, sino también por los factores que determinan las migraciones, las características de éstas y el perfil de los inmigrantes.

Así pues, aunque podemos decir que en términos relativos las migraciones del siglo XIX y XX fueron más importantes que las actuales, podemos afirmar que éstas últimas presentan unas características que las hacen diferentes.  

En primer lugar, los flujos de migración han cambiado. Como podemos ver en los siguientes mapas, existe una destacable diferencia entre los países de origen y los receptores de inmigrantes de los dos procesos de migración. Los países europeos han pasado a ser unos de los principales receptores de inmigrantes, mientras que en los siglos XIX y principios del XX era expulsores de inmigrantes. No obstante, países como Argentina y Estados Unidos no han cambiado su situación, y siguen siendo países receptores de inmigrantes.

 
Flujos migratorios siglo XIX - XX


Flujos migratorios siglo XXI

En segundo lugar, las características de las migraciones y los factores las provocan también han sufrido cambios, aunque la búsqueda de mejores condiciones de vida sigue siendo el factor común. Ahora, los inmigrantes no están obligados a abandonar sus países, sino que emigran voluntariamente. La voluntad de emigrar dependerá de las condiciones estructurales del país de origen y del país de destino, que actuaran como fuerzas de expulsión o atracción. Otro factor es la situación socioeconómica del país de procedencia. Así pues, nos encontramos con países donde existen fuertes presiones demográficas a causa de una extensa población joven que no encuentra suficientes recursos y que, además, sufren guerras, enfrentamientos o viven bajo regímenes autoritarios, emigran hacia países, como los europeos, donde existe una población envejecida. Con esto se pueden compensar los problemas demográficos de ambos países. Una implicación más que esto tiene es que los inmigrantes envían remesas a sus países de procedencia, permitiendo que sus familias puedan mejorar sus condiciones e incluso crear negocios en su país.
No nos podemos olvidar del cambio en los transportes y las comunicaciones, así como de las redes sociales. La mejora en los transportes y las comunicaciones han provocado una disminución radical de los costes de movilidad, y, a la vez, esta movilidad se ha vuelto mucho más rápida. Todo esto, a su vez, relacionado con la sensación de estar conectado en todo momento con el resto del mundo, ha hecho posible una mayor migración. De esta manera, los inmigrantes siguen estando en contacto directo con su país de procedencia, lo que también facilita su posible regreso. Esto es diferente a las anteriores migraciones, donde el hecho de volver al país de origen no era contemplado.

Finalmente, y por lo que respeta al perfil de los inmigrantes, éstos son mayoritariamente jóvenes en edad de trabajar y mujeres. No son los más pobres, sino que son los que más probabilidades tienen de encontrar empleo en el país de destino y, en definitiva, unas mejores condiciones de vida. Por tanto, los inmigrantes actuales tienen más cualificación.

Núria López

Fuente: 

dimarts, 21 de febrer del 2012

Globalización vs. Políticas Económicas Nacionales: ¿quién gana la partida?


En la presente entrada trataré una publicación, de la revista Análisis Económico, de Carlos Gómez Chiñas, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana de Azcapotzalco, en México. Con esta publicación trata de explicar la relación entre la globalización y las políticas económicas, cómo ésta afecta a las políticas económicas, y si éstas todavía pueden garantizar el crecimiento económico, la estabilidad de precios, una mejor distribución de los ingresos y un mayor nivel de empleo.

El autor, tras presentar opiniones y definiciones diferentes de la globalización, y presentar algunos componentes de esta, a saber, el comercio internacional (participación creciente del comercio exterior con relación al PIB) donde aparecen algunas oportunidades para los países en desarrollo, la inversión extranjera directa (inversión en empresas extranjeras para la transferencia de capitales privados hacia otros países), y los mercados de capitales (diversificación de activos financieros), pasa a tratar el tema principal del paper

Así pues, entrando ya en materia, se pueden resumir las ideas principales del estudio. La globalización implica la interdependencia de las economías, lo que supone que cualquier problema en una economía regional se pueda extender a todo el mundo, aumentando el riesgo de la creación de crisis como la actual. La integración económica mundial marca sus propias reglas en términos de políticas económicas, que sin tener en cuenta objetivos de desarrollo de los países individualmente, reducen el margen de actuación estos. De esta manera crecen más rápido las variables económicas internacionales que las nacionales. Así, aunque la globalización integre la economía, por otra parte desintegra la sociedad. La globalización, aunque incrementa la posibilidad de mejorar el bienestar de la sociedad gracias al libre mercado y el libre acceso al conocimiento e información, provoca desigualdades. Esto se puede explicar porque todas aquellas zonas que no se suman a la lógica global, esto es, los países en vías de desarrollo y sus poblaciones, que consumen básicamente bienes de primera necesidad y no tienen un acceso a estas oportunidades de mejora, quedan desplazados del sistema global, creando zonas de pobreza, mientras otras zonas se enriquecen. Además, cabe tener en cuenta que un mercado libre implica la competencia de todos entre todos, lo que provoca que aquellos con dificultades para promoverse queden marginados.
En este sentido, los estados ven disminuida su autonomía para aplicar sus políticas económicas, y políticas nacionales en general, que ahora funcionan según la inercia de las normas del mercado económico mundial, ya que cualquier actuación independiente podría desestabilizar el sistema macroeconómico. De esta manera, los estados han perdido en parte su capacidad de actuación, especialmente en política fiscal, y como consecuencia tienen menos capacidad de solucionar problemas como el desempleo o la falta de equidad.

Finalmente, lo que plantea el autor es que se necesita un cambio en el planteamiento de la política económica en un mundo globalizado. 

Poniendo esto en relación con la teoría tratada en la asignatura, se puede destacar que el autor se aproxima a la tesis transformacionalista de entender la globalización. Es decir, los estados están sufriendo una pérdida de autonomía y capacidad a la hora de actuar sobre su territorio, ya que sus políticas están fuertemente ligadas a las normas del sistema económico mundial. Además, también se puede destacar que reafirma la idea de Milanovic sobre las desigualdades, a saber, en el siglo XXI las probabilidades de mejora de las condiciones de vida de los individuos está determinada básicamente por el estado de procedencia. Por tanto, estos estados pueden ser los que forman parte de las zonas que quedan desplazadas del sistema global a causa de su falta de desarrollo.


Para ejemplificar y apoyar los argumentos de Carlos Gómez, he creído conveniente establecer una comparación con la situación actual de la economía mundial y, en especial, de la situación que estamos viviendo en la Unión Europea.

En primer lugar, la crisis económica i financiera actual iniciada en 2008 en Estados Unidos. Aunque en el estallido de la crisis han intervenido muchos factores y en cada país se ha agravado por características específicas de este, el principal factor, y uno de los que menciona Carlos Gómez, es el nivel tan elevado de flujos de capital y la creciente volatilidad de estos. Así pues, a causa de la interdependencia económica mundial, el surgimiento de una crisis económica en un país, junto con el alto riesgo de otros a padecer una crisis similar, se extendió a lo largo del planeta, afectando así a la mayor parte de los países.

En segundo lugar, creo que es interesante comparar la pérdida de control de los estados sobre sus políticas nacionales, y en especial sobre la política económica, mencionada por el autor, con la situación y la relación de la Unión Europea y la Comunidad Económica Europea con los estados que forman parte de ellas. La Unión Europea, aunque es una institución formada por los diversos estados que se sumaron a ella, se ha creado su propia organización con sus propias instituciones. Como consecuencia, ha adquirido sus propias preferencias e intereses, además de poder. Cualquiera que tenga curiosidad puede informarse de sus intervenciones, y es que actualmente la Unión Europea tiene cada vez más competencias, regula y legisla sobre más ámbitos, y aunque encontremos ámbitos que sean competencia de los gobiernos nacionales puede llegar a tener un poder informal de influencia sobre las decisiones a tomar. Por tanto, nos encontramos con una institución supranacional, junto con la Comunidad Económica Europea, que está adquiriendo cada vez más capacidad de actuación sobre las políticas de los gobiernos nacionales, reduciendo la discrecionalidad de estos para actuar sobre las características específicas de su territorio. Un ejemplo clarificador de ello es la situación actual con Grecia, Portugal o España. Estos tres países, delante de una situación de elevado déficit público, tasas elevadas de desempleo, etcétera, se están viendo obligados a aplicar, entre otras, políticas de contención del gasto público. En el caso de Grecia, como es sabido, la situación es más extrema.

Los intereses por parte de la Unión Europea y de la Comunidad Económica Europea de actuar de esta manera están también relacionados con el paper comentado anteriormente, y es que si todos los países que forman parte de ella progresan, su economía progresará. Pero si un país, como por ejemplo Grecia, está al borde de la quiebra, puede arrastrar al resto, creando así una situación de riesgo muy elevada.


Visto esto, creo que tendríamos que plantearnos hasta qué punto la globalización (económica) es algo positivo, sobretodo en relación a las desigualdades sociales alrededor del planeta, plantearnos hasta qué punto somos capaces de permitir que muchas personas se mueran de hambre para que el resto pueda enriquecerse. Quizás la interdependencia económica no sea el sistema más apropiado para hacer frente a los problemas de equidad, y si realmente lo es, todavía no hemos encontrado la manera de aprovechar estos beneficios.  



dilluns, 20 de febrer del 2012

Seminario 2: La Globalización

Si preguntásemos a mucha gente de la calle si cree en la globalización, creemos que más de la mitad afirmaría que sí. Algunos dirían porqué podemos comer sushi o kebab, también por la danza del vientre o por toda la música africana que ha llegado a nosotros.
Una definición que nos propone Held es la siguiente: " (la Globalización) es un proceso (o conjunto de procesos), que representa una transformación en la organización espacial de las relaciones sociales y las transacciones, generando flujos interregionales y transcontinentales".


Aunque, muchos creen en la globalización, creemos que deberíamos concretar más si esto ha sido una globalización o más bien una occidentalización. Entre los historiadores económicos encontramos distintas opiniones. Algunos dicen que la globalización del 1870-1913 fue mucho más fuerte e intensa que esta. Encontramos algunos que creen que hoy no existe esta globalización, que se lo han inventado los neoliberales. Aunque encontramos otros que creen en una occidentalización de las estructuras políticas y económicas, y una globalización de las estructuras de la información y cultura.
En el mundo académico podemos destacar tres tesis que interpretan la “globalización”  de manera diferente. Estas son las siguientes:

-   Tesis hiperglobalista: creen en la desaparición del Estado – nación y en el cambio de las estructuras organizativas de la sociedad a causa de la globalización económica. Esto se complementa con la creación de nuevas instituciones supranacionales como la Unión Europea, las cuales adquieren el papel que antes tenían los Estados.
-   Tesis escéptica: según los escépticos la globalización no existe, sino que se ha producido una integración económica mundial perfecta. Aceptan que existe una internacionalización, que es creada gracias a la voluntad de las naciones.
-    Tesis transformacionalista: aceptan la existencia de la globalización, que provoca cambios sociales, políticos y económicos, y modifica el orden global. Pero a la vez, no implica la desaparición del Estado – nación, sino que este continua existiendo, aunque su soberanía se ve más limitada y se yuxtapone con la jurisdicción de las instituciones gubernamentales internacionales.

En este seminario nos ha tocado defender la postura transformacionalista. Así pues, siguiendo su línea, defendemos  que una globalización como la que estamos viviendo actualmente no tiene ningún precedente histórico, sino que es nueva, y que es producto de una multitud de factores: tecnológicos, fuerzas de mercado, ideología, etc. Además la consideran muy intensa y extensa. Aún así, este hecho no implica la desaparición del Estado – nación, sino la reconstitución de este y su poder,  que pasa a combinarse con otros poderes supranacionales y de otros actores (públicos o privados). La sociedad ha pasado a estar más integrada, aunque a la vez más fragmentada por la diversidad.
Un ejemplo de lo anterior puede ser el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta institución es supranacional, y es un importante actor económico mundial. Pero tenemos que tener en cuenta que esta organización está formada por países, y que sin ellos  y sus aportaciones no existiría. La combinación de las diferentes preferencias de cada país que forma la institución, provoca que la institución en si acabe adoptando su propia preferencia, que luego puede estar o no en contradicción con la de un estado miembro.

Globalización, migraciones y desigualdades

La globalización, se entienda como se entienda, ha provocado una transformación del mundo actual. Pero, evidentemente, no ha afectado por igual a todos los estados del mundo. Un ejemplo de ello es que, como apunta Milanovic en su artículo "Global inequality: From class to loaction, from proletarians to migrants", mientras que en el siglo XIX el factor más importante a la hora de determinar el futuro de una persona era la clase social donde se nacía, en el siglo XXI lo que determina el futuro status social de cada persona es el país donde se nace. Esto, por tanto, nos muestra que la globalización ha aumentado las desigualdades entre países, más que entre clases sociales. La probabilidad de mejorar tus condiciones de vida en, por ejemplo, Burundi, donde la población es casi en su totalidad muy pobre, es muy baja, mientras que en, por ejemplo, Dinamarca, esta probabilidad es mucho mayor.
Algunos datos que demuestran este hecho son los se ven reflejados en los gráficos siguientes.



Como se puede ver, en 2005, los más ricos de países africanos como Uganda, Mali, Tanzania o Mozambique, sus ingresos no llegaban a ser ni parecidos a los de los colectivos más pobres de Dinamarca. Otro ejemplo es el de Estados Unidos en  comparación con India. En este caso, las personas más ricas de India sobrepasan por muy poco los ingresos de las personas más pobres de EUA.

Todo esto ha tenido diversas implicaciones, y una de ellas es la competición entre trabajadores de países más ricos con los inmigrantes de los países pobres, que pasan a ser mano de obra barata, y sobretodo en tiempos actuales, pasan a ser los rivales principales de los trabajadores menos cualificados de los países receptores de inmigrantes. 
Un ejemplo de primera mano es el caso español. Así, durante la primera década del siglo XXI, la población inmigrante en España se ha multiplicado por cinco aproximadamente, y la procedencia de la mayoría de estos es iberoamericana, de Europa del Este y del norte de África, especialmente de Marruecos. Muchos de estos inmigrantes viajaron a España en busca de trabajo y una vida mejor. Al principio, en época de crecimiento, encontraron trabajo en sectores como el de la construcción, pero también habremos visto un incremento de estos en sectores como el de la limpieza, recogida de basura, ecétera. Pero ahora, en época de crisis y con unas tasas de desempleo tan elevadas, muchos de estos inmigrantes se han quedado sin empleo, de la misma manera que mucha población no inmigrante. Esto ha provocado críticas dirigidas a los inmigrantes y que estos sean vistos como un rival por parte de ciertos colectivos, ya que pueden suponer una gran competencia a la hora de encontrar empleo. 


En definitiva, las desigualdades entre países puede ser un factor de incentivación a las migraciones, pero debemos tener en cuenta que estos colectivos pueden suponer un elemento de conflictividad cuando entran en competición con ciertos colectivos de los países receptores de inmigrantes. 

dissabte, 18 de febrer del 2012

Seminario 2: Sentimientos independentistas y globalización


Aparentemente, la relación entre independencia y globalización parece irrelevante, pero en realidad existe un vínculo especial entre ambos términos. Tienen mucho en común. De hecho, este fue un tema que se trató durante buena parte del segundo seminario y que dio bastante de si.

La globalización es un fenómeno sin precedentes históricos, de gran velocidad, extensión, intensidad e impacto que ha hecho que los movimientos y sentimientos independentistas se hayan ido esparciendo y creciendo por el mundo.

Pues bien, suponemos que todos recordáis la bandera de cuba, la cual tiene muchas similitudes con la de Cataluña. Ambas tienen una franja de líneas y en la parte superior de la misma hay una estrella de cinco puntas, las dos se miran de forma vertical. En lo único en que se diferencian es en el color, ya que una es de franjas azules y blancas (Cuba) y la otra amarillas y rojas (Cataluña). Dos banderas para dos naciones diferentes: la cubana la catalana; pero con muchas similitudes a la vez. Efectivamente, podemos decir que el hecho de que Cuba se independizara pudo provocar un aumento en el sentimiento independentista catalán, movimiento que creó una bandera muy similar a la cubana. Este hecho, que visiblemente puede considerarse como pura anécdota, puede vincularse al fenómeno de la globalización.

Actualmente podríamos decir que el aumento del sentimiento independentista en Cataluña es un hecho real. Creemos que éste está aumentando debido a la crisis económica global que estamos viviendo en estos tiempos. No obstante, si tenemos en cuenta el argumento cultural, podríamos decir que la independencia "está ganada": Cataluña se desmarca  del resto de España en muchos factores, ya sea por la cultura, la lengua o las tradiciones distintas. También tiene una historia propia y profunda. Sin embargo, y volviendo al argumento económico, aún queda mucho camino por recorrer en este campo. A pesar de que la situación económica haya tenido un impacto en el crecimiento de este sentimiento, podemos afirmar que si el llamado Pacto Fiscal se llevara a cabo y, consiguientemente, existiera más autonomía económica por parte de Cataluña, sería probable que se redujera este sentimiento. Esto es así, porque ya tendríamos en nuestras manos la independencia cultural, mencionada anteriormente, a la que se le añadiría, además, la económica. 


diumenge, 12 de febrer del 2012

LECCIÓN AL NUEVO LABORISMO


A new generation for change “es el eslogan elegido por el renovado Partido Laborista para encaminar y fundamentar sus bases en la dura figura opositora, que tras sus trece años de poder, perdiendo las ultimas elecciones, deben afrontar. 
“La elección de hoy pasa una página, porque una nueva generación da un paso al frente. Hoy comienza el trabajo de una nueva generación”. Estas eran las palabras que Ed Miliband MP pronunciaba tras su elección al frente del partido, con explicitas intenciones de buscar y reencontrarse con aquella identidad perdida que les llevó, durante los gobiernos de Blair y Brown, a renunciar a su razón de ser. 
La postura que, tras las pasadas elecciones, el partido Laborista debe hacer frente, es discutiblemente, resultado de la etapa en la que este partido, de origen sindicalista, pasó a representar a la clase dirigente y a los multimillonarios mediante la implantación de medidas de corte liberal,  en lugar de atender las manifiestas necesidades de los jornaleros y asalariados, representados por las políticas socialdemócratas.
Este periodo perdido, durante el cual el  Labour se escondió bajo una hipotética y dubitativa idea de liderazgo natural de los conservadores, condujo a una transformación de unos aparentes ideales arraigados al centenario partido ingles. No más lejos de la realidad, una moderada estrategia oriento al partido hacia el centro, amparando una ideología y una ética más bien derechistas. Se dejaron de lado tanto derechos como libertades civiles, que permitieron las criticas de sus mas afines seguidores. El descenso de apoyo electoral por parte de la clase trabajadora además de el declive de militancia y numero de miembros del partido ponen en relieve la exitosa recuperación del partido Laborista.
De este modo,  se abren las puertas de una flamante pero confusa  era, que tras la muerte del nuevo laborismo, presenta el debate de hasta que punto se debe volver a la esencia predominante en los inicios del laborismo ingles. Cabe hacer referencia que el actual líder Laborista, Ed Miliband, debe su victoria al frente del partido gracias a el apoyo de los sindicatos, quienes además son la principal fuente de financiación de esta, en momentos de crisis como los que vivimos actualmente.
Por lo tanto la principal cuestión que requiere de inmediata solución es aclarar que orientación debe adoptar el partido, si considerar el éxito que Blair alcanzó ampliando su tirón electoral a una mayoría poblacional o si decantarse por conceder un apoyo merecido a los sindicatos. 


Alejandro López  y Helena Martínez

dissabte, 11 de febrer del 2012

LA TERCERA VÍA, ¿LO RECLAMABA LA CIUDADANÍA?


Primeramente intuyo que la gran mayoría de vosotros ya sabéis lo que significa “La Tercera Vía”, politológicamente hablando.  Aún así, haciendo una breve introducción de dicho concepto, este fue de suma importancia y relevancia con la llegada al poder del partido laborista comandado por Tony Blair en 1997, permaneciendo en el gobierno durante un periodo ininterrumpido de 13 años, siendo así uno de los períodos de gobiernos socialdemócrata más longevo de Europa (destacar  aún así, los 14 años de gobierno del PSOE, durante el período que abarca del 1982 – 1996, al mando de Felipe González) y sirvió de modelo para el resto de partidos socialdemócratas europeos, tanto los que estaban en el gobierno como los que estaban en la oposición, siendo estos últimos partidarios de seguir el modelo de Blair para ganar las elecciones de sus respectivos países.
La tercera vía representa una convergencia de valores y concepciones económicas, adoptando así una postura más centralista y no tan profundamente de izquierdas o bien, socialista, como podría tener inicialmente el partido laborista. Con ella, se intentaba buscar un modelo económico conocido como “socioliberal” y con este, se produce un movimiento político hacia posturas más proclives a la reducción del intervencionismo estatal sobre el libre mercado, o bien, los impuestos. Otro concepto clave sería el de la concienciación ciudadana sobre la dependencia al Estado, queriendo así hacer hincapié en la concepción de responsabilidad individual.
Centrándonos ahora en los resultados empíricos de las elecciones, cabe preguntarse sí realmente la “Tercera Vía” fue eso, un éxito, o un simple engaño producido por el sistema electoral británico. Primeramente, analizando las elecciones de 1997, las primeras en las que el New Labour conseguía una victoria, verificamos que tal partido consiguió un 43% de los votos (sí tenemos en cuenta únicamente aquellos ciudadanos que depositaron su voto en las urnas), reduciéndose ese porcentaje hasta el 33% si nos fijamos en el total de ciudadanos con derecho a voto.  Fue con este porcentaje, cuando el New Labour consiguió el 64% de los escaños del Parlamento Británico forjándose así una mayoría sólida dentro del Parlamento (que no real, si tenemos en cuenta que se trata de un sistema mayoritario). Cuatro años más tarde, el Partido laborista conseguía un 25% de votos sobre el total del electorado, reduciéndose así en 8 puntos porcentuales su anterior resultado, aunque éste afecto mínimamente su traducción a escaños ya que pasaría de 418 representantes a 413. Su pérdida de apoyo electoral fue en aumento con posteriores elecciones, llegando al 2005 con un apoyo del 22% debido principalmente a la disminución de la participación en los comicios, especialmente en los sectores de la clase trabajadora, pero aún así mantenía su hegemonía en el Parlamento Británico con un 55% de los escaños. El descalabro llegó en las elecciones de 2010, cuando el Partido Laborista perdía su hegemonía y únicamente conseguía un 29% de apoyos entre los ciudadanos que habían depositado su papeleta, fijándose así el fin de gobiernos laboristas.
Así pues, observando los datos que aquí hemos citado, cabe preguntarse si realmente fue tan demoledor el éxito de la Tercera Vía como realmente nos quieren vender, y sí es así, formularse una segunda pregunta del porque las clases más populares de Gran Bretaña negaron su apoyo a tales políticas, siendo estas las bases del Partido Laborista en el siglo anterior. Finalmente ¿realmente lo reclamaba la ciudadanía?

Completando todo lo citado con anterioridad, y relacionándolo con este artículo del País, hacer hincapié en una última reflexión de dónde está actualmente la Tercera Vía.